El aislamiento acústico es la capacidad de un elemento constructivo (como una pared, techo o ventana) para impedir que el sonido lo atraviese. En el diseño arquitectónico contemporáneo, este concepto es clave para garantizar la habitabilidad de espacios residenciales, laborales y educativos, especialmente en entornos urbanos o industriales donde la exposición al ruido es constante.
No se trata únicamente de reducir decibelios: un buen aislamiento mejora el descanso, favorece la concentración, evita conflictos vecinales y protege la salud. Para lograrlo, es necesario aplicar criterios técnicos desde el proyecto: selección de materiales adecuados, eliminación de puentes acústicos, uso de soluciones multicapa o cámaras de aire, y una correcta ejecución en obra.
La ingeniería acústica no solo diagnostica problemas, sino que propone soluciones personalizadas en base a mediciones reales y simulaciones predictivas. La normativa española y europea exige cada vez mayores niveles de confort acústico, por lo que contar con asesoramiento especializado es más importante que nunca.